“Hogar”, nunca tan bien nombrado. Así es como se siente mi mamá, en familia, es su hogar. Con el personal adecuado y atentos a todo lo que sucede y a cómo está cada residente. Un hogar judío que se siente, que late y que está vivo desde el aroma a comida, hasta en las actividades y festividades. El cariño de todo el personal a los residentes es una tranquilidad.
¡Gracias por tanto! Sin ustedes no sé qué hubiéramos hecho.
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