Para nosotros el Hogar Israelita fue lo mejor que le pudo pasar a nuestro padre, luego de una gran pérdida, nuestra madre. Sus propias palabras: “mi segundo Hogar”. Cada día que nos comunicamos con él, siempre tiene para contarnos algo que nos llena de emoción y, a su vez, de tranquilidad. Estamos más que satisfechos por haber elegido el mejor lugar donde nuestro padre está pasando esta “nueva etapa” (también en sus propias palabras). No nos queda más que agradecer a todos y cada uno de los que allí trabajan. Valoramos y apreciamos todo lo que están haciendo para poder salir adelante en este año tan duro. Desde ya, y de todo corazón, ¡muchas gracias!